Ya estamos en el mes de Agosto. Un mes de vacaciones deportivas para muchas de las personas que se dedican al fútbol sala durante la temporada de competición (entrenadores, jugadores, auxiliares,…) Un mes de Agosto en el que los directivos vemos como cada vez se aproxima más deprisa el inicio de las diferentes competiciones en la que los diferentes equipos de nuestras entidades estarán inmersos durante la temporada.
Muchos amigos, familiares, conocidos te preguntan “¿ya estás de vacaciones del fútbol sala verdad? La respuesta, al menos por mi parte, siempre es la misma. No. Para nosotros los directivos, nuestros peores meses y los de más trabajo son los de junio, julio y agosto. El hecho es evidente, la planificación y consecución de los presupuestos para la temporada que llega es un trabajo cada vez más complicado.
En los tiempos que corren muchos de los clubs de fútbol sala estamos cometiendo un gravísimo error, por desgracia bastante generalizado. No podemos ni debemos “vivir” de las subvenciones públicas, al menos de las económicas directas. Hemos de entender que una subvención se otorga a un proyecto ya realizado, por regla general suelen ser subvenciones por la temporada anterior, con lo que no podemos planificar una nueva temporada con el dinero que esperemos recibir de la temporada anterior (porque siempre suele ser estimación hasta resolución), ya que cada año es un mundo nuevo a descubrir. No caigamos en el error de “no saco equipo porque no recibo ayuda pública”.
Debemos encontrar “fórmulas” para poder vender y hacer llamativo nuestro producto, nuestro club (los clubs son entidades privadas, a priori sin ánimo de lucro). Generar proyectos paralelos dentro de nuestra entidad que hagan que los posibles patrocinadores o colaboradores potenciales puedan sentirse atraídos por el producto al que queremos que se asocien. Pensemos que, aunque mucha gente quiera negarlo, el futbol sala ya no es un deporte minoritario. Es un deporte altamente practicado (el número de licencias nos avala), y el “ir a buscar” posibles ingresos con la carta de presentación ”jugamos a futbol sala….” lamentablemente ya no es ninguna novedad. Debemos ser ingeniosos, analizar los puntos fuertes de nuestras entidades, que seguro que los tenemos. Ver que podemos ofrecer al “inversor” a parte de lo estrictamente deportivo, que es practicar el futbol sala, cosa que todos en menor o mayor medida, hacemos. Proyectos de Formación Social, Integración Social de Colectivos en Riesgo de Exclusión, proyectos de Escuela Base que puedan generar jugador@s de la propia entidad y que pueda nutrir a nuestros primeros equipos con efectivos “hechos” en la casa y no tener que invertir “económicamente” fuera, tanto a nivel de jugador@s como entrenador@s..., situaciones en la que la imagen de la empresa que apueste por nosotros sea favorable socialmente y pueda repercutir económicamente en ambas direcciones.
La verdad, no sorprende que últimamente equipos de primer nivel de futbol sala estén entre la espada y la pared, sin saber si podrán salir a competir en sus respectivas ligas o simplemente si podrán subsistir o simplemente están destinados a desaparecer. A nivel presupuestario han contado y siguen contando (error) con un % muy elevado de partidas públicas, que según la situación actual, no llegarán. En una sociedad en la que los recortes públicos están a la orden del día, no podemos esperar que se nos otorguen subvenciones que “históricamente” se habían concedido para el mantenimiento de nuestros primeros equipos de alta competición con la excusa (si se me permite la expresión) “juego en máximo nivel y necesito dinero”. Si en la sociedad actual se están tomando medidas drásticas en temas tan importantes como son la Educación la Sanidad
Ya sé que es un tópico, pero debemos ajustar nuestros presupuestos a la realidad de la sociedad actual, ajustar nuestros objetivos deportivos a nuestra realidad presupuestaria y a la realidad de la situación económica y social actual. No por querer ir más rápido en la consecución de los objetivos deportivos a base de “gastar” nos garantiza el llegar los primeros a conseguirlo.
Recordemos que GASTAR no es PAGAR e INGRESAR no es COBRAR. Podemos tener muchos gastos (algunos de ellos innecesarios o desorbitados) y muchos ingresos (a veces, por desgracia humo), pero lo importante es poder tener los cobros para poder pagar. Planificación de los pagos vs cobros.
Me reitero en que debemos pensar otras vías de financiación que no sea la pública (la estrictamente económica, ya que en muchas ocasiones recibimos ayudas en forma de cesión de pistas o disponibilidad de recursos materiales que hacen disminuir nuestros pagos, y también son importantes, muy importantes). Debemos “vestir” a nuestros clubs con proyectos sociales, formativos…, que atraigan a los patrocinadores i/o colaboradores. Proyectos que tengan una repercusión mediática para ellos. Muchas empresas tienen en sus partidas de gastos la partida de publicidad esperando a recibir un proyecto innovador, diferenciador. Incluso, y por que no, proyectos que puedan englobar a más de una entidad deportiva, favoreciendo las economías de escala, y quien sabe, proyectos y acciones que puedan ir orientados al futbol sala global. Creo en la importancia de reuniones periódicas de los dirigentes de clubs para intentar llevar a cabo “brainstorming”, y exponer ideas que puedan servir a otras entidades a salir o llevar de la mejor manera posible esta difícil situación que está viviendo el futbol sala, tanto masculino como femenino. Fomentemos estas reuniones. En estos momentos tan delicados, toda ayuda será bienvenida. Seguro que tenemos buenas ideas que pensamos que no servirán, pero trabajadas y bien expuestas nos pueden dar mucho oxigeno y por consiguiente mucha vida…
